“Quiero regresar”, José Luis Perlaza luego de intentar separar con sus brazos a los doctores que lo atendían tras sufrir un corte en su ceja, posterior a anotar el primer gol torero. |  | Mareado, aún se tapaba su ojo. “Perla... Perla...” lo llamaba el atacante Juan Samudio para felicitarlo. Nadie lo hizo inmediatamente, la preocupación de sus compañeros era el estado del zaguero, quien tenía sangre en su camiseta.
Tras la anotación, el DT Juan Manuel Llop dejaba atrás toda la impaciencia contenida durante 47 minutos. El ‘Chocho’, ansioso porque el marcador estaba igualado en la primera etapa y con ese resultado los canarios descendían a la serie B, le pedía al paraguayo Samudio mayor presencia en el área rival, lo gesticulaba con sus brazos; el paraguayo decía: “No me llegan los balones, yo bajo para buscarlos”.
“Oe loco, ponte adelante de la pelota para que no la vean”, le dijo un pasabola a uno de sus compañeros cuando el marcador estaba 1-0 en favor de los locales. La intención era restarle continuidad al partido.
Un balón que impactó en el horizontal luego de un cabezazo impulsado por el delantero Narciso Mina provocó un “Huuuyyy” que recorrió el estadio Monumental, donde aproximadamente durante dos minutos la ‘ola’ hecha por los fanáticos le ponía marco al aliento desde las graderías.
La preocupación era evidente en los aficionados al fin del primer tiempo. “Suden la camiseta”, “pongan huevos”, gritaban. El gol marcado por el ‘Zancudo’ en la complementaria desató el júbilo.
Un aficionado besó su camiseta amarilla de rodillas en el sector de la ‘Pajarito’ Cantos. Era la que usó el conjunto canario en la temporada de 1997, año en que obtuvo el último título. Esto mientras una dama que lo acompañaba secaba unas cuantas lágrimas de felicidad de sus mejillas.
“Vamos, pelota al piso, no la pierdas”, le pedía Llop al defensa Jefferson Hurtado. ‘Sombrita’ asentía con su cabeza captando la instrucción.
El palmoteo del capitán Fernando Hidalgo era constante arengando a sus compañeros. “Tengamos la pelota, aseguremos los pases”, gritaba.
Cada ataque de Liga de Portoviejo causaba impaciencia. Los futbolistas del Ídolo, que ‘calentaban’ con la posibilidad de ingresar al campo de juego en caso de ser requeridos, lo hacían a medias. Toda la atención estaba puesta en la cancha. Llop se decidió por ingresar a Juan Anangonó.
El atacante alzó sus brazos y se echó al césped de felicidad al ver que el juez Tomás Alarcón sancionó el penal tras la mano de Juan Triviño, que ‘como arquero’ despejó el balón.
Samudio anotó. Llamó a sus compañeros, los llevó hacia el sector de preferencia y señaló a la suite donde se ubicaba la directiva canaria. Inmediatamente, Llop dispuso la tercera variante para aguantar el resultado, el juvenil Jorge Cevallos esperaba al borde de la cancha, pero no ingresó, la orden de Alarcón nunca llegó.
El ‘Chocho’ desesperado miraba su reloj y le decía al cuarto árbitro “Loco ¿para qué estás?”. Cuando el juez decretó el final de partido, no se abrazó con nadie, solo cerró sus dos puños y dijo en un tono de voz muy bajo y con rabia “vamos, la con... de tu madre”. Barcelona se salvaba de descender a la serie B.
En otro costado Samudio y Perlaza, los autores de los goles, se abrazaban tras responder a medias las preguntas de los comunicadores en cancha. “Gran partido, te lo mereces”, le dijo el paraguayo al zaguero amarillo. Este le respondió: “El triunfo fue de todos”.
Fuente: Diario Expreso
| |  |
No hay comentarios:
Publicar un comentario